Fuerza por la Alegría o en alemán Kraft durch Freude (KdF), fue una organización recreativa en tiempos del Tercer Reich, parte del Frente del Trabajo Alemán, sindicato unificado dependiente del Estado nacionalsocialista. Concebida como medio para promocionar las virtudes del nacionalsocialismo, pronto se convirtió en el tour operador más grande del mundo en los años de 1930 y la década siguiente.
La organización defendía el principio de crear una "Volksgemeinschaft nacionalsocialista" y "el perfeccionamiento y refinamiento del pueblo alemán". Buscaba conseguir tal objetivo organizando programas de ocio estrictamente estructurados. Robert Ley, uno de los fundadores de la KdF, citaba a Hitler: "Deseo que a cada trabajador se le conceda un periodo de vacaciones suficiente y que todo sea dispuesto de tal manera que su tiempo libre sea realmente de ocio. Deseo esto porque quiero un pueblo con determinación y nervios de acero, pues la única manera de hacer grande la política es teniendo un pueblo que mantiene los nervios."
Otro objetivo menos ideológico era impulsar la economía alemana estimulando la industria del turismo y sacarla de la depresión de los años 20. La KdF tuvo bastante éxito en este aspecto hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En 1934, más de dos millones de alemanes habían participado en algún viaje de la KdF; hacia 1939 el número era oficialmente de alrededor de 25 millones.
A partir de 1933 la KdF ofrecía alternativas de ocio asequibles, como conciertos, excursiones de un día y vacaciones. Algunas embarcaciones de gran tamaño, como el Transatlántico Wilhelm Gustloff, fueron construidas específicamente para los cruceros organizados por la KdF. La KdF pretendía minimizar la diferencia entre clases sociales ofreciendo al pueblo llano actividades de ocio propias de la clase media.
Inspirada en la organización de la Italia fascista Dopolavoro ("después del trabajo"), pero extendiendo también su influencia al ámbito laboral, la KdF amplió rápidamente su abanico de actividades y creció vertiginosamente para convertirse una de las organizaciones más grandes del Tercer Reich. Las estadísticas oficiales mostraban que en 1934, 2,3 millones de personas se habían beneficiado de las vacaciones organizadas por la KdF. En 1938, este número había crecido a 10,3 millones. En 1939 la KdF tenía más de 7.000 empleados a sueldo y más de 135.000 voluntarios, organizados en divisiones por áreas temáticas como deportes, educación o turismo, con supervisores en cada fábrica y taller con más de 20 trabajadores.
Los nacionalsocialistas también intentaron atraer el turismo extranjero. Esta tarea era responsabilidad de Hermann Esser, un secretario del Ministerio de Propaganda. Se editó una serie de panfletos a todo color y en varios idiomas titulada Deutschland, que mostraba Alemania como una nación pacífica.
La KdF también consiguió poner en marcha la fabricación de un coche a un precio popular, el KdF-Wagen, que posteriormente se haría famoso con el nombre de Volkswagen Escarabajo. La KdF recibió en 1939 la Copa Olímpica, galardón otorgado por el Comité Olímpico Internacional. Después de 1939, debido al comienzo de la Segunda Guerra Mundial algunos proyectos no llegaron a completarse, como fue el caso del balneario de Prora.
Hans Frank, Consejero Juridico y Gobernador General de Polonia:
"El gran éxito, económico y social de Hitler radicaba en la política interior. A partir del 30 de enero de 1933 se ponia fin decididamente a cualquier forma de lucha de clases, fiebre de huelgas, paros, lock-out, disminucion de la produccion, clausura de fabricas, las luchas callejeras, las competencias economicas, las campañas de prensa y el desprestigio nacional.
La figura de Hitler irrumpió en la escena como el salvador que iluminaba las conciencias de todos, y esto incluso para la mayoría de sus enemigos. Con la obra social "Fuerza por la Alegria", Hitler introdujo una nueva cultura del tiempo libre y de las vacaciones en el corazon del mundo laboral. Cada trabajador tenia acceso al disfrute de unas actividades artísticas, sociales y deportivas, mediante la aportacion de unas cantidades verdaderamente irrisorias.
Hasta entonces tales actividades había sido inaccesibles para él. ¿Cuándo se le había presentado al obrero la ocasión de hacer un crucero en enormes buques, con sus familias a Madeira, Italia u otros lugares? Todo esto fue posible gracias a Hitler. Aquello era como la acción de un guerrero o de un forjador, el martillo y la forja, actuación y obra, un continuo llevar y traer, un sistemático crear y valorar... día y noche.
La canción del trabajo aleman resonaba con una felicidad nueva por un país en paz. ¿Cuándo volverá a repetirse? Me viene las lágrimas a los ojos cuando recuerdo a Hitler de entonces que iba de un lugar de trabajo a otro, enderezando, alentando, entusiasmando... y surgen ante mi vista repentinamente las imágenes de la Alemania actual y la situación de nuestro pueblo: en estas circunstancias el pensamiento de la muerte me resulta tan fácil, tan suave, tan liberador... Sobre este primer plano creador se nimba de luz cegadora aquel éxito fascinante, que contempló el pueblo, que contempló el mundo de tantas manera."
La organización defendía el principio de crear una "Volksgemeinschaft nacionalsocialista" y "el perfeccionamiento y refinamiento del pueblo alemán". Buscaba conseguir tal objetivo organizando programas de ocio estrictamente estructurados. Robert Ley, uno de los fundadores de la KdF, citaba a Hitler: "Deseo que a cada trabajador se le conceda un periodo de vacaciones suficiente y que todo sea dispuesto de tal manera que su tiempo libre sea realmente de ocio. Deseo esto porque quiero un pueblo con determinación y nervios de acero, pues la única manera de hacer grande la política es teniendo un pueblo que mantiene los nervios."
Otro objetivo menos ideológico era impulsar la economía alemana estimulando la industria del turismo y sacarla de la depresión de los años 20. La KdF tuvo bastante éxito en este aspecto hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En 1934, más de dos millones de alemanes habían participado en algún viaje de la KdF; hacia 1939 el número era oficialmente de alrededor de 25 millones.
A partir de 1933 la KdF ofrecía alternativas de ocio asequibles, como conciertos, excursiones de un día y vacaciones. Algunas embarcaciones de gran tamaño, como el Transatlántico Wilhelm Gustloff, fueron construidas específicamente para los cruceros organizados por la KdF. La KdF pretendía minimizar la diferencia entre clases sociales ofreciendo al pueblo llano actividades de ocio propias de la clase media.
Inspirada en la organización de la Italia fascista Dopolavoro ("después del trabajo"), pero extendiendo también su influencia al ámbito laboral, la KdF amplió rápidamente su abanico de actividades y creció vertiginosamente para convertirse una de las organizaciones más grandes del Tercer Reich. Las estadísticas oficiales mostraban que en 1934, 2,3 millones de personas se habían beneficiado de las vacaciones organizadas por la KdF. En 1938, este número había crecido a 10,3 millones. En 1939 la KdF tenía más de 7.000 empleados a sueldo y más de 135.000 voluntarios, organizados en divisiones por áreas temáticas como deportes, educación o turismo, con supervisores en cada fábrica y taller con más de 20 trabajadores.
Los nacionalsocialistas también intentaron atraer el turismo extranjero. Esta tarea era responsabilidad de Hermann Esser, un secretario del Ministerio de Propaganda. Se editó una serie de panfletos a todo color y en varios idiomas titulada Deutschland, que mostraba Alemania como una nación pacífica.
La KdF también consiguió poner en marcha la fabricación de un coche a un precio popular, el KdF-Wagen, que posteriormente se haría famoso con el nombre de Volkswagen Escarabajo. La KdF recibió en 1939 la Copa Olímpica, galardón otorgado por el Comité Olímpico Internacional. Después de 1939, debido al comienzo de la Segunda Guerra Mundial algunos proyectos no llegaron a completarse, como fue el caso del balneario de Prora.
Hans Frank, Consejero Juridico y Gobernador General de Polonia:
"El gran éxito, económico y social de Hitler radicaba en la política interior. A partir del 30 de enero de 1933 se ponia fin decididamente a cualquier forma de lucha de clases, fiebre de huelgas, paros, lock-out, disminucion de la produccion, clausura de fabricas, las luchas callejeras, las competencias economicas, las campañas de prensa y el desprestigio nacional.
La figura de Hitler irrumpió en la escena como el salvador que iluminaba las conciencias de todos, y esto incluso para la mayoría de sus enemigos. Con la obra social "Fuerza por la Alegria", Hitler introdujo una nueva cultura del tiempo libre y de las vacaciones en el corazon del mundo laboral. Cada trabajador tenia acceso al disfrute de unas actividades artísticas, sociales y deportivas, mediante la aportacion de unas cantidades verdaderamente irrisorias.
Hasta entonces tales actividades había sido inaccesibles para él. ¿Cuándo se le había presentado al obrero la ocasión de hacer un crucero en enormes buques, con sus familias a Madeira, Italia u otros lugares? Todo esto fue posible gracias a Hitler. Aquello era como la acción de un guerrero o de un forjador, el martillo y la forja, actuación y obra, un continuo llevar y traer, un sistemático crear y valorar... día y noche.
La canción del trabajo aleman resonaba con una felicidad nueva por un país en paz. ¿Cuándo volverá a repetirse? Me viene las lágrimas a los ojos cuando recuerdo a Hitler de entonces que iba de un lugar de trabajo a otro, enderezando, alentando, entusiasmando... y surgen ante mi vista repentinamente las imágenes de la Alemania actual y la situación de nuestro pueblo: en estas circunstancias el pensamiento de la muerte me resulta tan fácil, tan suave, tan liberador... Sobre este primer plano creador se nimba de luz cegadora aquel éxito fascinante, que contempló el pueblo, que contempló el mundo de tantas manera."
me quedo con el párrafo final, la verdad..
ResponderEliminarMe viene las lágrimas a los ojos cuando recuerdo a Hitler de entonces que iba de un lugar de trabajo a otro, enderezando, alentando, entusiasmando... y surgen ante mi vista repentinamente las imágenes de la Alemania actual y la situación de nuestro pueblo: en estas circunstancias el pensamiento de la muerte me resulta tan fácil, tan suave, tan liberador... Sobre este primer plano creador se nimba de luz cegadora aquel éxito fascinante, que contempló el pueblo, que contempló el mundo de tantas manera."
se agradece el aporte, un saludo.