sábado, 28 de septiembre de 2013

Economía dirigida y productividad

En los comienzos del régimen nacionalsocialista, Robert Ley intentó, a imitación del fascismo, organizar corporativamente el Frente del Trabajo, pero ante las protestas de Alfred Rosenberg, el corporativismo fue abandonado por el Führerprinzip.

Los consorcios, las cámaras de comercio, las agrupaciones industriales y la propiedad privada de pequeñas y medianas empresas fueron respetados. En realidad, el Tercer Reich no modificó la estructura económica de la República de Weimar, sino que se limitó a intervenirla, fijando precios del mercado. Si bien se respetó el capital privado, se nacionalizaron empresas que significaban sectores estratégicos e influyentes así como trusts, la banca y los monopolios.

Se llegó incluso a hacer obligatorio el consorcio de industrias. Resulta interesante hacer notar que el Führerprinzip no fue introducido en el seno de los consorcios, sino que continuó dirigiendo la mayoría. De esta manera, la economía dirigida se combinó con la iniciativa de la empresa libre. El capitalismo fue suprimido, y el mercado fue intervenido y puesto al servicio de la comunidad.

Cuando el NSDAP llegó al poder en 1933, la economía de Alemania estaba sumergida en un desastre económico originado por el Tratado de Versalles y aún sufría los efectos de la Gran Depresión iniciada en EEUU en 1929 y que también había perjudicado severamente el comercio exterior alemán con seis millones de desempleados y dos millones de subempleados.

Al Nacionalsocialismo le bastaron dos años para impulsar un desarrollo desbordante de prosperidad. Y a los cuatro años el país era ya una potencia entre las potencias.

Adolf Hitler estuvo a cargo de una de las mayores y mejores expansiones de la producción industrial, de infraestructura y la mejora civil como nunca antes se había visto, levantando enormemente la economía alemana.

Entre 1934 y 1937, la Alemania de Hitler gozó de excelentes estándares de vida para la clase obrera y media. La tasa de desempleo se redujo sustancialmente para posteriormente desaparecer por completo. Esto debido en su mayor parte a través de la construcción de obras civiles (Organización Todt). Desde el punto de vista económico, los resultados fueron notables: de 1933 a 1938, los ingresos aumentaron de 6.600 a 25.000 millones de Reichsmarks.

Se iniciaron importantes trabajos de comunicación vial (carreteras o Autobahn); en siete años de su gobierno se construyó una red de autopistas nacionales de 12.000 kilómetros que aún hoy en día se utiliza, además de represas, ferrocarriles y edificios majestuosos. Entre 1933 y 1938 se construyeron en Alemania 677.870 edificios que contienen 1.458.124 viviendas populares.

El régimen de Hitler impulsó una enorme intervención del Estado en la economía ya sea creando empresas estatales de servicios como fijando controles de precios y reglamentando toda actividad de las empresas privadas, de tal manera que los empresarios alemanes debieron seguir las directivas gubernamentales.

En el extranjero, muchos economistas se habían burlado de este "experimento" y habían esperado un catastrófico derrumbe. Como éste no ocurría, después de ocho años, el Radcliffe Collage de Cambridge Massachussets, becó a Maxine Y. Sweezy para que viajara a Alemania a hacer una investigación.

Maxine dijo que era necesario hacer un estudio de esa estructura económica porque, contra lo que se esperaba, ni una inflación, ni la falta de recursos económicos ni una revolución interna habían aparecido.

Y ya en el campo de los hechos, Maxine fue encontrando muchas novedades:

    Reducido el costo del Gobierno, puesto que Hitler y los demás funcionarios no cobraban sueldo, los fondos se dedicaban a emprender grandes obras públicas para dar trabajo a los desempleados.

    La agricultura, siendo la base de la economía, recibió apoyo decisivo con diversas medidas y pudo incrementar la producción de víveres para no depender de importaciones extranjeras.

    Era obligatorio que la industria rebajara los precios de sus productos cuando se lograba disminuir el costo de tales o cuales materias primas (insumos).

    Los líderes que se enriquecían con cuotas sindicales fueron reemplazados por "Tribunales de Honor", que exigían cumplir sus deberes a obreros y patrones. El patriotismo se movilizó como un nexo de la solidaridad.

    Ese mismo nexo fue cultivado para acercar a la clase alta, la media y la baja, a fin de que la unidad de clases diera más fuerza funcional a la nación. Solidaridad de clases no lucha entre ellas.

    Trabajadores y empleados que llegaban a la edad de retiro, pero en buenas condiciones físicas, seguían trabajando. Para casos de reducción de rendimiento se crearon talleres especiales.

    Plan de construcción de casas: el costo máximo era de 7,000 marcos, de los cuales podían obtenerse 2,000 como préstamo gubernamental, con una tasa de interés del 3% anual.

    Exención de impuestos a empresas que desarrollaran procesos técnicos de importancia nacional. Esto alentaba la inventiva.

    Se impulsó la industria química para producir sucedáneos de productos escasos. Así surgió la margarina. Del carbón de piedra se empezó a producir gasolina sintética. Con piel de pescado se hacían zapatos. Los autobuses fueron adaptados para usar gas en vez de gasolina. Se aprovechó el vidrio para hacer tuberías. El papel y el aceite de desecho fueron reciclados. Los forrajes de verano pudieron usarse en invierno mediante depósitos fermentadores. Del aserrín se obtuvo harina para forraje. De las papas se extrajeron azúcares, etc. Surgió una gran variedad de compuestos químicos (erzaf).

    La economía se ajustó para evitar devaluaciones, pues se negó que éstas tuvieran algo de positivo, aunque el sistema liberal les atribuye ciertas virtudes.

    Nació el Volkswagen (literalmente en alemán, "automóvil del pueblo"). Fue idea de Hitler la creación de un coche accesible para servir como medio de transporte en tareas diarias al trabajador y brindarle placer en sus tiempos de ocio, proyecto que fue encargado a Ferdinand Porsche. En cinco años se duplicó el número de automóviles. En Fallersleben se construyó no sólo la fábrica de automóviles más grande del mundo, sino la fábrica más grande del mundo de cualquier cosa.

    Muchas libertades propias del liberalismo económico "dejad hacer, dejad pasar", fueron restringidas cuando se trataba de beneficiar a las mayorías. Un sentido de solidaridad lograba que esto fuera aceptado, según el socialismo nacional.

Además:

    Se impulsó el empleo de pequeñas empresas, mediante el préstamo crediticio sin interés, el cual al ser pagado al gobierno en moneda nacional, se destruía inmediatamente evitando así la inflación.

    Se creó una ley "para la disminución del paro forzoso", y se procuró empleo para los 6 millones de personas que estaban registradas en las oficinas del trabajo.

    Se otorgaron préstamos prematrimoniales a bajo interés, y existía una importante reducción de impuestos para los matrimonios y familias con muchos hijos.

    Cuando una pareja alemana se casaba, tenía derecho a una casa y se le daban diez años de plazo para pagarla, y por cada hijo que tenían quedaba pagada una cuarta parte del inmueble.

    Se acordó impulsar la construcción de viviendas baratas en forma de casas para una o para más familias, y que estas casas debían tener una parcela de jardín o de tierra tan grande como fuese posible.

    Se puso especial empeño en que el precio del alquiler permaneciera módico, y que en general no debía pasar de 1/5 de los ingresos de las personas para las cuales están destinadas las viviendas.

    Los grandes laboratorios de Peenemunde, inventaron el motor capaz de lanzar cohetes estratosféricos y se resolvieron los problemas a fin de colocar satélites en el espacio exterior, que ahora son básicos en la comunicación telefónica mundial.

    El físico Pabst von Chaim, en un laboratorio de Rostock, estaba terminando de inventar un motor a reacción que luego fue perfeccionado por el profesor Messerschmitt. Este motor, conocido ahora como "jet", vino a transformar a la aeronáutica en todo el mundo.

    Al mismo tiempo, en los laboratorios Heinkel, la computación daba sus primeros pasos. Ahí nació para hacer rápidamente los complicados cálculos sobre el mejor rendimiento de las convaduras en las alas de los aviones.

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