viernes, 11 de octubre de 2013

Industria nacional productiva vs financiera internacional especulativa

Se ha hablado mucho sobre el supuesto apoyo de industriales capitalistas a la Alemania del Tercer Reich, sin embargo se ha omitido la naturaleza de los mismos, en otras palabras, se ha omitido la diferenciación entre oligarquías financieras inernacionales y las industriales nacionales.

Si a los bolcheviques los apoyaron las oligarquías financieras internacionales, a Hitler lo apoyaron las oligarquías industriales nacionales, y no siempre. Los verdaderos y más importantes financiadores de los Nacionalsocialistas fueron:

- Aceros Krupp.
- Henry Ford.
- IG Farben. Esta empresa tenía lazos con Estados Unidos y su colaboración con los alemanes fue esencialmente de conveniencia. Los mismos aliados se abstendrían de bombardear sus fábricas durante la II Guerra Mundial a pesar de que no tenían reparos en bombardear columnas de refugiados o arrasar ciudades enteras.
- Deutsche Bank.
- Thyssen.
- Dresdner Bank.
- Kreditbank.
- Flick.
- Bosch.
- Siemens.
-Junkers.
- Rheinmetall-Borsig.

La mayoría de estas empresas (generalmente pertenecientes al ámbito industrial-nacional-productivo antes que al ámbito financiero-internacional-especulativo) comenzaron su idilio con el Nacionalsocialismo una vez llegado éste al poder en 1933 y por pura conveniencia. Muchas de estas empresas, como pasaba en toda Europa, tenían lazos con EEUU desde bastante antes del Nacionalsocialismo, y seguirían teniéndolos después del NS.

IG Farben, Siemens y el Deutsche Bank defendían la idea de Johann Gottlieb Fichte de un "Estado Comercial Cerrado" en Europa. Se apoyaban en Rudolf Hess, Dr. Schmidt y Ernst Röhm.

Thyssen, Flick, Dresdner Bank y Junkers estaban algo más vinculadas al capital americano, eran "reaccionarias" y les preocupaba la línea más izquierdista dentro del NSDAP (Strasser y el Frente Negro, buena parte de las SA, etc.). No querían saber nada de un entendimiento con Rusia y se apoyaban en Göring.

Estos bancos y empresas, de ámbito nacional, contrastan bastante con los financiadores del comunismo en la URSS, donde ya sí que aparecen nombres de tipo Rockefeller, Standard Oil, Kuhn Loeb, Lehman bros., hermanos Warburg, JP Morgan, Armand Hammer, Nya Banken, Lazard Freres, Occidental Petroleum, etc. A esta gente basada en Wall Street y la City de Londres no le convenía que en Europa surgiese un bloque económico alternativo al anglo-americano o al bolchevique, patrocinado por ellos.

Lo del Chase Bank y "Rockefeller financió a los nazis" es simplemente mentira y sensacionalismo del barato. Había empresas alemanas con lazos en EEUU. Estas empresas ya estaban ahí antes que Hitler y siguieron estando después de Hitler, y a lo largo de su existencia no hicieron más que defender sus intereses, aliándose con quien más les convenía. Ya puestos, la Standard Oil de Rockefeller le impuso a Alemania un embargo petrolero, debido a lo cual los alemanes dependían desesperadamente del petróleo de Rumanía y del Cáucaso y hasta tuvieron que desarrollar un método para fabricar petróleo sintético ellos mismos a partir de carbón (el mismo que utilizaría después la Sudáfrica apartheidista durante el embargo comercial organizado por Londres). La URSS en cambio trapichearía durante toda sus existencia con la Standard Oil (que mantuvo su pozos en Baku), Occidental Petroleum (la actual Oxy), Vacuum Oil (ahora parte de Exxon) y otros, y nunca le faltó petróleo alguno. La Anglo Persian Oil Company (actual British Petroleum) incluso le pasaba petróleo a través de Irán.

Lo de los Nacionalsocialistas vs. demoliberales y bolcheviques en buena parte es una lucha entre dos razas de capital: el capital productivo (industrial y agrario) y el capital especulativo (alta finanza, deuda, interés, dinero sin respaldo, divisas, mercados del oro... usura y especulación en general). El primer capital no es una abstracción ya que representa producción real, el segundo sí lo es. Se crea sin producción y por tanto su tendencia es buscar el respaldo que le falta, apropiándose del trabajo de otros: parasitismo. Es mucho más numeroso que el capital industrial y ya lo era en los años 30.

Rothschild y su banca tuvieron que salir huyendo de Austria cuando fue anexionada a Alemania. Los alemanes hasta hicieron una película en la que se aludía directamente al nacimiento de la dinastía Rothschild en Frankfurt: "Die Rothschilds, aktien auf Waterloo".

Película disponible en youtube:




El banquero Max Warburg también tuvo que escapar de Alemania cuando se le cazó en 1938.

En cuanto a los famosos abuelos de Bush, a quien financiaron fue a Thyssen, no a "los nazis". Y no será para tanto cuando el mismo Thyssen acabó metido en el campo de concentración de Dachau.

Sospechosamente, los aliados capitalistas le declararon la guerra a Alemania cuando ésta invadió Polonia, pero no lo hicieron con la URSS cuando ésta lo hizo exactamente a la vez. 


Algunas citas referentes al tema:

El crimen imperdonable de Alemania antes de la II Guerra Mundial fue su intento de extricar su poder económico del sistema de comercio mundial y crear su propio mecanismo de cambio, que le negaría beneficios a la finanza mundial.
(Churchill, "The second World War" Bern 1960).

Las dos principales causas de la II Guerra Mundial fueron: Primero: el éxito del sistema alemán de trueque. Segundo: la determinación hitleriana de no aceptar préstamos extranjeros. Su declaración de que los negocios de Alemania serían llevados a cabo de la misma manera que los de un honrado comerciante causó verdadero pánico en los círculos financieros.
(Francis Neilson: "The Churchill Legend", pág. 296).

Marriner Eccles, del Federal Reserve Board, y Montague Norman, Presidente del Banco de Inglaterra, llegaron a un acuerdo, en 1935, sobre la política a emplear para aplastar, por todos los medios, incluyendo la guerra, si necesario, los experimentos financieros de Hitler.
("The Word" de Glasgow, 3-8-1949.

Economía NS y el mito del Keynesianismo


“en la vida del pueblo, el destino de éste no se halla determinado por la economía, sino por la intensidad que reviste su decisión de vivir. Y la manera de vivir de un pueblo no está determinada por la forma de su organización económica, sino por su voluntad en la realización de su sentimiento, del derecho y de la libertad. Si un pueblo tiene la inquebrantable resolución de dar a su propia vida una configuración socialista, las formas de su desenvolvimiento económico, las de las empresas y de otras organizaciones para determinados fines, surgen después espontáneamente sin que sea menester aplicarles de nuevo una norma especial” Bernhard Köhler

Absolutamente todas las doctrinas políticas, con el capitalismo y sus vertientes por un lado y el marxismo y sus derivados por el otro, han valorado en demasía la economía y sus leyes mientras dejaban al mundo de las finanzas y su capital decidir sobre el trabajo y los valores del pueblo. Tanto el comunismo como el capitalismo han hecho de una próspera economía y de la adquisición de bienes un objetivo que ha despertado sólo la ambición y el egoísmo en los hombres. El nacionalsocialismo, en cambio, pone en primer lugar el trabajo y el bien de la comunidad porque estos despiertan el sentimiento de la propia fuerza y propia capacidad para realizarse como individuos y los sentimientos de solidaridad y sacrificio por un bien común y una herencia y unos valores por los que se sienten unidos. Para el nacionalsocialismo la economía y el dinero pasan a ser apenas unos dóciles siervos de los deseos del trabajo, del crecimiento y libertad de su comunidad. Nada tienen que imponerle a su voluntad de vivir bajo las leyes divinas en armonía con la propia naturaleza, y será esta voluntad la que determine la prosperidad del pueblo, no su economía.

Bajo el imperio de las leyes económicas sólo se logró sumir a los pueblos en la injusticia y la falta de libertad. Con el pretexto de tener que rendir culto a la razón económica, la falta de honradez, el incumplimiento de los contratos, la mala fe, el fraude, la explotación, la astucia, la falsificación y la deslealtad, pasan a invadir la vida toda de los negocios.
El socialismo del Tercer Reich, en cambio, puso antes que nada el respeto de los más altos valores que el pueblo portaba en su sangre y tuvo siempre como objetivo el bien de la comunidad prohibiendo toda práctica deshonesta. Para él, la lealtad es uno de los más altos valores de la sangre alemana y “el socialismo es la lealtad del pueblo para consigo mismo.”

“Pero, con el derecho al trabajo las circunstancias se invierten totalmente. El trabajo no precisa ya solicitar la aquiescencia del capital. Bajo la protección de las leyes dictadas por el Estado de un pueblo consciente de sus deberes y de su dignidad, el trabajo ha salido ya para siempre del mercado, en tanto que el capital se halla ahora en él y encuentra aplicación tan sólo cuando el trabajo quiere utilizarlo.” Köhler



Numerosos lectores, por ingenuidad, recurren a libros escritos por analistas, historiadores y economistas que no son objetivos al detallar la manera en que funcionaba la economía en el Tercer Reich. Por desgracia, las fuentes para entender la economía Nacional Socialista son escasas y generalmente las "fuentes" más disponibles y numerosas son obras de "expertos" en economía naci (nazi con "C") que suelen ser anglosajones capitalistas, académicos ingleses en particular, o historiadores alemanes vendidos a los premios internacionales y sometidos a la corrección política. Como ejemplo de estos personajes tenemos a Adam Tooze, pez gordo de la London School of Economics, un centro neurálgico de la ideología globalista donde estudiaron tipos como George Soros, David Rockefeller y Hayek. Su libro "The wages of destruction" ganó un premio Wolfson, establecido por la Fundación Wolfson, establecida a su vez por "sir" Isaac Wolson: http://en.wikipedia.org/wiki/Isaac_Wolfson

Los ignorantes en el tema defienden que el NS era un sistema Keynesiano, sin embargo habría que aclarar los siguientes puntos:

1- Keynes no abolió el patrón-oro.
2- Keynes no instauró el patrón-trabajo.
3- Keynes no abolió el interés del dinero y la especulación (usura).
4- Keynes no consiguió que EEUU llegase al pleno empleo a pesar del enorme tamaño del país y su disponibilidad ilimitada de materias primas.
5- Comparar el Keynesianismo con el socialismo alemán es como comparar manzanas con piedras.



Alemania en su comercio internacional empleaba generalmente el trueque directo. El hecho permanece que a Alemania ese sistema le fue muy bien, tanto que consiguió el pleno empleo mientras el resto de países capitalistas estaban en lo más profundo de la gran depresión y sólo pudieron salir de ella montándose una guerra. Hitler, desoyendo consejos, siempre se negó a aceptar empréstitos de instituciones bancarias extranjeras, lo cual significaba que la alta finanza de Wall Street y la City Londinense no tenían ningún poder sobre el cerrado circuito monetario alemán. Alemania podía crear todo el dinero que quería siempre que la emisión de moneda equivalga al valor de los bienes y servicios producidos. A eso se le llama patrón-trabajo (o riqueza).

La mayoría de la gente no concibe otra forma de dinero que la usura, es decir, la deuda a interés, y piensan que toda forma de dinero creada es así, pero no. En la Unión revolucionaria de 1776, en la Unión de Lincoln y en la Alemania del Tercer Reich, esto no era así.

Los alemanes en el Tercer Reich no estaban endeudados, es difícil de entender porque el concepto es totalmente distinto al de la economía actual donde el banco crea dinero de la nada al generar un crédito y el Estado se lo fabrica, entonces se lo presta a interés a los ciudadanos de ese Estado o al mismo Estado. El Estado alemán simplemente dedicaba ese mismo dinero creado de la nada a financiar proyectos empresariales productivos directamente sin pasar por la banca privada.

Si la masa monetaria aumenta en proporción a la producción no hay inflación. Esta sólo se produce cuando el aumento de la masa monetaria es mayor que el de la producción. Ese dinero de nueva creación era retirado de la circulación conforme iba siendo devuelto para evitar que la primera pudiera superar a la segunda. No hubo inflación en al Alemania del Tercer Reich.


Se puede entender de forma sencilla con este ejemplo. Imaginar que se es un dirigente nacional y se tienen a X hombres desempleados que pasan el día ociosos, madera, carbón y hierro. Todos esos recursos (mano de obra incluida) son valiosos pero no se dispone de capital para ponerlos a fabricar alguna cosa, además también hay materias primas de las que se dispone.

En una economía social-marxista los pones a trabajar para el Estado sin paga si es necesario y la fábrica resultante es de propiedad estatal con los consabidos problemas e ineficiencias que ello genera -aunque es mejor que tenerlo ocioso-, por suerte dispones de un inmenso territorio rico en materias primas, acuerdos con otros países de la órbita socialista y los capitalistas te regalan algunas más porque tenéis un enemigo común.

En una economía capitalista actual pides un crédito (directa o indirectamente a la finanza internacional) y te prestan a un % de interés (en la época más bien usurario) el capital (que ellos crean casi de la nada Banca de reserva fraccional) que necesitas para poner a trabajar a esos empleados, comprar la materias primas que te falten, y producir algo, después gran parte del beneficio irá a pagar el crédito y los intereses probablemente de forma crónica sin que los prestamistas hayan producido absolutamente nada. Esto además plantea el problema de que si tus políticas no son del agrado de la finanza internacional esta te puede retirar el crédito y ahogar tu economía, además de prestar a tus enemigos, como fue el caso con la Alemania del Tercer Reich.

Dentro del sistema capitalista además existe la opción "keynesiana" que es que el Estado se endeude mucho con los prestamistas para generar empleo (normalmente vía obra pública) para hacer crecer la economía esperando que esto la reactive dándole un impulso en épocas de recesión, el problema es que endeudarse mucho también genera muchos intereses que se van a cobrar esos prestamistas, además de dejarte a merced de ellos y de la habitual mala gestión, derroche y falta de incentivos por parte de los funcionarios de las democracias liberales. Esta opción es la que dibujan erróneamente como la nacionalsocialista la mayoría de autores pro-sistema.

Y luego está la opción nacionalsocialista. Coges a los trabajadores desempleados, las materias primas de las que ya dispones y empresarios sin capital, y (en lugar de esperar que los prestamistas creen dinero de la nada para prestárselo a interés a tus empresarios) creas tú directamente como Estado ese dinero y se lo prestas directamente y sin interés a los empresarios, cuando empiezan a producir y lo van devolviendo lo sacas de la circulación para no generar inflación si no hay recursos ociosos que poner en funcionamiento. Después, las materias primas de las que no dispones en tu territorio las obtienes a través de un sistema de trueque por el cual tu entregas a países no-alineados o aliados pricipalmente productos manufacturados a cambio de materias primas.

Así has puesto a producir a millones de desempleados que antes comían y se vestían sin producir nada, no te has endeudado con la finanza internacional ni dependes de esta ni estás ahogado por el pago de intereses, y la producción no es tan ineficiente como en un sistema comunista porque al empresario al que has prestado dinero le interesa que su negocio sea próspero y existe competencia y un sistema de precios.